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El tercer cuerpo
Conocí a Milagros y Carmela en Ostende, una ciudad balnearia de la costa argentina.
Era de mañana temprano, venían de mojarse los pies en el mar, envueltas en una manta, el pelo revuelto por el viento. La imagen fue un rayo que me atravesó.
Después supe, ellas me contaron, que eran hermanas.
Les propuse fotografiarlas. Con el tiempo fui descubriendo una ínfima parte del misterio que las habita. De un vínculo que no sólo es particular por el hecho de ser mellizas, sino por la historia familiar que comparten. -
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